1-EMILIO ICHIKAWA: Saliste de Cuba
en 1980. Según la recreación artística de ese hecho saliste "volando", con casa, familia y todo. En flotilla humana más que
en flotilla marinera. ¿Cómo ha repercutido en ti la decisión de estetizar ese hecho? ¿Te alivió, te sublimó la experiencia,
le dio otro tipo de curso?
JOSE RAMÓN MORALES:
Mira, Salí en flotilla por el famoso puente Mariel-Cayo Hueso y ese fue el hecho más importante en mi vida. Hubo un “antes
de”, y hay un “después de”. Creo que mi vida en Cuba a pesar de tener unos padres maravillosos al igual
que mis dos hermanas, todo un lujo, fue una vida sin esperanzas. Todo me molestaba, el calor, los mosquitos, las escuelas
al campo, los discursos de Fidel, el tener que vestirme como los demás pues era lo que vino a la tienda y te tocaba por la
libreta. Las guaguas, los apagones, las colas, los chivatos, etc. Mi ambición era poderme comprar una barbacoa en La Habana
Vieja. Pienso que mi futuro hubiese sido muy triste allí. A mi me gusta expresar mi opinión sin importar que la respuesta
que pueda tener sea a mi favor, o no. Solo el expresarme ya me da una satisfacción aunque no sea lo correcto de cara a la
galería. Eso en Cuba es imposible. Para mi plasmar en una tela esa realidad de la tragedia cubana como es la emigración, fue
muy importante, ya que liberé una energía dañina que estorbaba en mi interior. Quise poner tres formas diferentes de emigrar,
una volando como es el caso de las personas que se van en avión, esos son los más afortunados. Otra por partes, o sea primero
el hijo, después la madre y por último el padre y con buena suerte se pueden reunificar. En ese caso mi casita se va por pedazos.
Y por último en flotilla como fue el caso mío, donde ves a mis casitas emigrar una detrás de la otra pero llevando consigo
sus raíces.2-EI: Concretando…Es cierto que te
fuiste de Cuba, pero en particular te fuiste de Caimito, ¿alguna influencia especial de ese pueblo en la forma de mirar el
arte y la vida?JRM: Definitivamente mi pueblo me marcó
para toda la vida. Te confieso que estando en Cuba le había hecho rechazo. Pensaba en el fatalismo geográfico de Caimito al
estar lejos del Capitolio y La Rampa, no me gustaba su loma, que sus calles no fueran rectas, en fin que no me sentía orgulloso
de él. Al salir al exilio y ver Miami tan plano comencé a extrañar las protuberancias terrenales. Esas que bordean el pueblo
y todo el municipio. Me di cuenta que no supe apreciar lo que tenía. En 1995 pude ir por primera vez a Cuba a ver a mi madre
después de 15 años, y aunque solo fue una semana, tuve un reencuentro con mi pueblo. Fue maravilloso pues en mi mente veía
el potencial, no la destrucción. Recorrí las calles de la loma y las visualicé construcciones compactas, tipo pueblos blancos
mediterráneos con una vista espectacular y comencé a sentir orgullo de ser caimitense. En 1999 creé una página Web para darlo
a conocer al mundo entero, solo como un pequeño homenaje. Para sorpresa mía, me empezaron a llegar correos electrónicos desde
diferentes partes del mundo, especialmente de España, de personas que querían pasar el fin del siglo allí y me preguntaban
cuanto valía rentar un piso, un coche, etc. Yo por supuesto les respondía que ni siquiera vivía en Cuba. La mayor sorpresa
vino del alcalde de Barañain en Navarra, España. El Sr. Senosian, el cual me dijo que querían hermanarse con mi ciudad. Yo
quedé sorprendido pues Caimito ni siquiera es ciudad, y le informé que no tenía nada que ver con eso pues ni siquiera vivía
en Cuba. Ellos contactaron con el gobierno y se hermanaron. Me pidieron permiso para coger unas fotos de la Web para el catálogo
de la ciudad de Barañain y yo se lo di. Después me lo mandaron. Más tarde tras muchas donaciones e intercambios, dedicaron
una plaza grande a Caimito del Guayabal y un escultor famoso hizo una escultura dedicada a los dos pueblos con un abrazo simbólico
y una copia de esta más pequeña la llevaron para Caimito a un pequeño rincón dedicado a Barañain. Estas cosas de Internet
tú no sabes hasta donde pueden llegar. Mi objetivo era darlo a conocer, pero nunca pensé que iba a encontrar familia en Navarra.Mi pueblo siempre está presente. Me he puesto a escribir sobre como considero que debe ser
la remodelación el día que tengamos democracia en Cuba. He escrito sobre la ampliación del parque, etc. Me veo reunido con
artistas locales, arquitectos, historiadores, etc., haciendo planes para convertirlo en un lugar maravilloso, sin que pierda
la esencia de pueblo compacto, pequeño, etc. Creo que el arte esta ahí, el pueblo me inspira muchas cosas.3-EI: A propósito de lo mismo. A lo mejor no sabes que en la memoria de
los últimos "caimitenses" llegados a Miami uno de los símbolos más evocados es la Cafetería La Cumbre, situada en la Carretera
Central. ¿La recuerdas? ¿Alguna memoria especial?JRM:
Para nosotros los caimitenses, La Cumbre es un símbolo como para Paris la Torre Eiffel o para Roma el Coliseo Romano. La Cumbre
la recuerdo en su estado original. Tú no habías nacido o estabas muy pequeño. Esta estaba como dos pies por debajo del nivel
de la acera. Tenía una victrola que siempre estaba amenizando el local. Este fue punto de reunión de los que andaban de paso
por el pueblo o de cualquiera que quería socializar. Además siempre fue punto de encuentro. Tenía una barra antigua de madera
muy gruesa con unas sillas redondas con base de acero. Al lado estaba la bodega que tenía un trabajo en madera muy bonito
y que en la época antes de que rellenaran todo el piso al nivel de la acera, esta tenía un techo muy alto con una especie
de mezzanine con una escalera de madera barnizada muy linda y me llamó siempre la atención un barril pequeño de algún ron
y unas botellas de bebidas simbolizando un señor grueso, sonriente. Pienso en los fantasmas de La Cumbre. Debe ser maravilloso
poder darle marcha atrás al tiempo y verla llena de comestibles, el bar repleto de bebidas y golosinas, los toldos que bajaban
cuando el sol comenzaba a proyectarse sobre sus portales. Los vendedores de billetes de lotería. El cartel lumínico que se
alumbraba de noche. Las tertulias que siempre se formaron allí. Las parejas que se enamoraron tomándose un café. Las discusiones
de pelota. En fin que ese lugar debe ser restaurado y mantenido como punto clave del centro del pueblo.4-EI: Varios de los críticos que han escrito sobre tu obra se refieren
al "don" y la "creación verdadera". Es decir, no hablan de ti solo como "pintor", sino como alguien que posee una segunda
naturaleza. En tu misma página una frase confirma que no se trata solo de pintar, sino de ascender a otro plano ¿Qué quieren
significar con esto? ¿Qué quieres significar tú al reiterarlo?JRM:
Para mi lo mas importante es el contenido, no la forma. Se que en el arte la estética es lo primero y a veces es lo menos
que he cuidado. Creo que soy un artista que utiliza la pintura como un medio para expresar lo que quiero. Puede que un día
no tenga deseos de pintar sino de transmitir mis ideas a través de un comentario, o sea que no me considero el pintor que
todo lo plasma a través de un lienzo o un papel. Ese medio para mi es secundario, soy el artista que pinta al igual que escribe.
No soy académico. En realidad estudié medicina veterinaria. Cogí un curso de pintura con el maestro Gustavo Acosta, también
unos cursos de cerámica, algo de historia del arte en el Miami Dade College hace años, un curso de escultura con Florencio
Gelabert Jr., etc. pero no soy graduado de ninguna escuela de arte. Mi necesidad de expresarme viene de la riqueza de mi mundo
interior que me obliga a sacarlo pues me quema. Me he inventado un mundo maravilloso y lo disfruto. El arte nace con la persona.
Respeto mucho a los pintores académicos pero también te recuerdo que hubo un Van Gogh que no fue a ninguna academia. Pienso
que lo más importante es ser original. Hay tres cosas básicas en mi pintura. Uno, mis precipicios. Estos para mi representan
el peligro, el reto ante la vida, el estar vivo ya es un riesgo. Lo segundo son mis edificios, mis casitas que me las he inventado
para que no se parezcan a las de ningún pintor cubano pero que a la vez te dejen saber que es Cuba pues los vitrales y puertas
coloniales te lo dicen. Las vidrieras cubanas son únicas. Por último el “Manto del Pudor” que no es más que la
respuesta a la pregunta que me hice un día: ¿Qué es el pudor? La respuesta no fue otra que, “un trozo de tela”.
Cuando nos lo quitamos de nuestras partes privadas, lo perdemos. Entonces me dije que el ser humano nace arrastrando un rollo
de tela que es el pudor y del cual va recortando pedazos y utilizándolos si desea ser pudoroso o no, para cubrir sus partes
a través de la vida. Desde entonces comencé a pintar situaciones en las que después de una tragedia siempre se veía la nueva
generación saliendo desde el centro de la tierra arrastrando el Manto del Pudor que para mi representa la esperanza, un nuevo
comienzo, el futuro. He pintado frutas donde se ve el manto saliendo desde las semillas, pues esta es el comienzo de una nueva
planta. Mis casas se enamoran, emigran se odian, y a veces ves como tienen la puerta medio abierta con el manto entrando,
o sea la esperanza. Otras veces esta anda por los aires pues el pudor no hace falta en esa situación, etc. En fin, es un simbolismo
que me he creado y que a veces las personas lo buscan y tratan de descifrar lo que he querido decir.5-EI: El diseño de las
casas que aparecen en tus cuadros es muy peculiar. Solo tienen de cubano las ventanas y los colores. Ambos signos dan la idea
de una mezcla entre una fuga y una pertenencia. ¿Tratas estos elementos con algún propósito específico o es pura composición?JRM: En el arte todo es un misterio. Mis casas son muy cerradas, muy protegidas,
kafkaianas, solo los ventanales te dan la luz y la alegría de mi tierra, pero las puertas y la construcción en si son casi
una cárcel, un castillo, un lugar donde pasar los huracanes sin miedo. Es la coraza que nos hemos tenido que crear los que
vivimos en Cuba bajo ese sistema. Es el mecanismo de defensa ante los comités de defensa de la revolución, valga la redundancia.
Llevo más de la mitad de mi vida en EEUU pero tú sabes que el trauma de un desterrado se lleva siempre, te marca para toda
la vida y se acrecienta con los años. El diseño de mis casas salió de la búsqueda de lo diferente. La fortaleza de las construcciones
es mi defensa ante la vida, es mi caparazón.6-EI:
Volviendo a las casas, ventanas y colores. Especialmente estos últimos, y hablando como espectador, me ligan tu obra al trabajo
de artistas como Emilio Sánchez y Humberto Calzada. ¿Se puede decir que son perspectivas en contacto o solo asociaciones mías?JRM: En las pinturas de Emilio Sánchez se refleja la nostalgia, la belleza
de esa arquitectura colonial, los vitrales en si, las casas como obras de arte, muy bonitas. Humberto Calzada va más allá
y te hace soñar en un nuevo tipo de arquitectura colonial-moderna, algo así como la nueva construcción nostálgica de la Cuba
del futuro, y te juega con el mar, te lo pone de una forma muy romántica dentro de tu casa sin que sea una tragedia. Me gusta
mucho su pintura también. En mi caso no trato de que mis casitas sean tan bellas. Solo misteriosas. Con almas. Son el resultado
de mis fantasías. Cuando voy por una calle me fijo en sus casas y puedo ver cual está triste, cual contenta, cual ha sido
remodelada, a cual abandonaron y sufre. Cual es envidiosa. Puedo ver la nueva rica y la que fue diva del barrio y aún conserva
su elegancia aunque esté vieja. Ese mundo imaginario es el que llevo al lienzo. En realidad no tengo un pintor como fuente
de inspiración. Los vitrales son los mismos pues son así, pero trato de ser yo. No critico a nadie, pero no me gusta pintar
lo que ya se ha hecho en abundancia, por eso no pinto gallos, ni guajiros, ni Orishas. No siempre logro ser originar en todo,
pero al menos trato._________________________
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